martes, 19 de enero de 2010

La tarta nupcial: ¡renueva la tradición!



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Hoy en día se está perdiendo un poco la tradición de la tarta. Es cuestión de gustos, pero nunca viene mal saber de dónde viene la costumbre y algunas ideas nuevas para este momento del banquete.

Se remonta a muchos siglos atrás, a la época del Imperio Romano. Entonces se cocía una pequeña torta plana compuesta de trigo y sal. Durante la ceremonia, el novio se comía la mitad y la otra parte la rompía sobre la cabeza de la novia. Los invitados cogían algunas de las migas y se las comían porque pensaban que así compartirían la prosperidad y felicidad de la pareja que se casaba.

Después se fue perdiendo esta tradición, según las tartas fueron haciéndose más grandes. Aunque incluso en el siglo XIX, en Escocia, todavía había bodas en las que se partía una torta de avena sobre la cabeza de la novia.

SORPRESA EN EL INTERIOR DE LA TARTA

Ha habido variantes de la tarta nupcial. Una de ellas, por cierto, muy parecida a nuestro roscón de Reyes: en el siglo XVII se hacía una tarta de bodas hecha a base de carne desmenuzada, normalmente de cordero. En el interior se introducía un anillo de cristal y se daba a comer a los invitados. Aquél que lo encontrara se aseguraba un año de felicidad; y en algunos lugares se pensaba que si le tocaba a una joven soltera, significaba que sería la próxima en casarse.

Por cierto, esta tradición me hace pensar en una nueva propuesta. ¿Y si introducimos un regalito (ya sea un anillo de svarowski, un colgante, una moneda de la suerte o una pequeña figurita) en el pastel? El que lo encuentre tendrá así un bonito recuerdo de vuestra boda o un 'poderoso' amuleto, según cada uno prefiera pensar. Seguro que les sorprenderéis. Eso sí, avisad que pueden encontrar algo en la tarta, no sea que alguno sea tan impetuoso que se lo trague...

También existió la tradición de regalar un trozo de tarta a las jóvenes solteras. Éstas dormían esa noche con el trozo bajo su almohada y, según lo que ellos creían, había muchas posibilidades de soñar con su futuro marido.

Y puede que de esta tradición venga otra que he observado en distintas bodas, que consiste en que los novios sirven los primeros trozos de la tarta a las próximas parejas en casarse. Normalmente, se les da además un regalito, que puede ser desde una figurita de novios a unos bolis-pollo de recuerdo.

EL ANIVERSARIO, CON LA MISMA TARTA DE BODAS

Otra curiosidad: hay quien guarda la parte alta de la tarta y la congela y guarda para la celebración de su primer aniversario. Por ello, a veces esta primera capa de la tarta se hace con frutas, para que se pueda conservar mejor.

Si algunos os animáis a hacerlo, consultad primero con el pastelero que os va a hacer el pastel. Él sabrá qué ingredientes os vendrán mejor en esa zona de la tarta para su mejor conservación.

¿Queréis saber cómo conservar esa porción? Hay que meterla en el congelador lo antes posible. Una vez transcurridas unas tres horas, envuélvela con un trozo de filme transparente y, a ser posible, mételo en un tapper. De nuevo introdúcelo en el congelador. Llegado el gran momento, para proceder a su descongelación, sácala del congelador y métela en el frigorífico durante dos días. Sácala a temperatura ambiente unas horas antes de comerla y estará lista para su degustación.

Lo que ahora se está poniendo de moda son las tartas hechas con 'cupcakes'. ¿Quieres saber qué son? Pues pincha en la palabra clave.