lunes, 16 de febrero de 2009
Un libro de firmas muy especial
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En muchos lugares ya es tradición pasar a los invitados un libro de firmas en el que éstos escriben sus mejores deseos para la pareja de novios. Es muy bonito guardarlo como recuerdo en tu estantería de libros y ojear, de tiempo en tiempo, las palabras de cariño que los tuyos escribieron el gran día para ti y para tu pareja.
No es necesario que compréis un libro de firmas específico para bodas. En cualquier papelería podéis encontrar cuadernos muy bonitos como el de la imagen que os he dejado y os saldrá más barato. Pedid a un hermano o amigo que se encargue de pasarlo a los invitados. Dos buenos momentos son a la hora del cóctel, ya que los invitados están en plan distendido tomando algo, mientras se espera la llegada de los novios; y también en el momento de los postres. Quizás esta última sea la mejor opción, así el familiar encargado de hacer llegar el libro a los invitados podrá tener un mejor control de que realmente ha pasado por todas las mesas. Y es que es un fallo bastante común que muchos de vuestros invitados ni lleguen a enterarse de que hay un libro de firmas…
Si queréis que vuestro “cuaderno de bodas” sea realmente especial, aquí tenéis una idea original que espero que os guste: un libro de firmas totalmente personalizado. Lo primero que os recomendaría es que contéis el número de hojas del cuaderno que habéis comprado, para calcular si necesitaréis todas las hojas o si tendréis suficiente sólo con las páginas impares. En mi opinión, queda más bonito si sólo empleáis dichas páginas y dejáis libres, en blanco, las pares. A continuación, dividid cada página impar por la mitad haciendo la señal con un lapicero sin apretar mucho (la cuestión es que luego esa línea se pueda borrar). Así os quedará una mitad superior y una mitad inferior.
La persona de vuestra confianza que se encargue de pasar el libro de firmas debe llevar una cámara digital y hacer una foto a cada uno de los invitados que vayan a escribir una dedicatoria para los novios (por supuesto, si las palabras son de una pareja, la foto queda genial de los dos juntos).
Vuestro familiar debe especificar a vuestros familiares y amigos que la dedicatoria la escriban en la parte inferior de la página. La idea es que, una vez de vuelta de la luna de miel, tengáis esas fotos y podáis pegarlas en el libro de firmas, en la parte superior de la página firmada por esos invitados.
Tenéis dos opciones: o llevar esas fotos digitales a que os hagan copias en una tienda de revelados o, si tenéis en casa una impresora, aunque la foto quede con un poquito de menos calidad, las imprimáis en un folio normal. De esta forma, os saldrá más barato y el grosor de las fotos será mucho menor que si las imágenes están impresas en papel de fotografía, con lo que el libro no quedará tan abultado.
El cuaderno también se puede concluir ese mismo día de la boda si tenéis una cámara Polaroid de fotos al instante: se irían sacando las fotos a los invitados y se irían colocando directamente con un poco de pegamento. A los invitados seguramente les encantará ver cómo va quedando el libro de firmas allí mismo. Sin embargo, no os lo recomiendo demasiado porque el grosor de esas fotos es excesivo.
Y, finalmente, está la opción de conseguir con antelación (semanas o meses antes) fotos de las personas que van a acudir a vuestra boda y llevar el libro ya montado. La gente simplemente se tiene que buscar en el libro y escribir la dedicatoria debajo de su imagen. El problema es que, dependiendo del número de invitados que tengáis, así como la relación que os una a cada uno de ellos, puede resultar complicado conseguir la foto de todos. Además, creo que el libro de firmas queda mucho más redondo si las fotos son del mismo día de la boda: con la gente luciendo sus mejores galas con ocasión de tu boda.